
Es difícil explicar por qué me gusta, pero el hecho es que me encanta. Me provoca paz, me infunde alegría, me emociona la belleza de su simplicidad. Y soy una mujer bastante afortunada: tengo nada menos que tres Rothkos en mi habitación! Dice R que está cargada de energía y yo creo que la culpa la tiene este ruso, que me la llena de color, de naranjas y amarillos y magentas y azules. El fin de semana, cuando me despierto, me gusta hacer un poco el remolón y abrir los ojos despacito y mirar hacia mi izquierda, y contemplar despacito cómo comienza el día desde mi "naranja-amarillo-naranja".
Buen finde
C
1 comentario:
pues eso.. jajaja
Sea como sea... Que tengas muchos dias naranja-amarillo-naranja... o rojo-naranja-rojo...
Un abrazo!
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