11 de diciembre de 2009

Encuentros y desencuentros





A veces, puedes encontrarte gente sin encontrártela. O desencontrarla encontrándotela.

A veces caminas por la calle y de repente, a unos pasos de ti, frente a un escaparate, aparece alguien que conociste bien una vez. Primero miras, con una mezcolanza de timidez, sorpresa e incluso vértigo. Y después los recuerdos comienzan a agolparse en forma de lágrimas en tus pupilas. Te viene a la cabeza aquel café en aquel barecito de aquella calle cerca de allí; aquel cumpleaños en que te regaló tal libro, que devoraste en dos noches, entusiasmada; aquellas canciones descubiertas; las miradas cómplices, los nervios de un viaje; un concierto; meses lluviosos en un país lejano. Cintas rayadas de tanto escuchar. Don't look back in anger. Secretos, dolores y tristezas compartidas.

Notas que al corazón se le sube el volumen. Se ralentiza, bum.......bum........ bum...... Y late, late, late muy alto muy alto. Como si quisiera llamar al otro. "Eh!! Que estoy aquí!"

A veces, miras a ese alguien, detenidamente. Y, mientras, cientos de personas cruzan de un lado a otro de la calle, con sus compras navideñas. Y piensas que el año pasado por estas fechas tú también llevabas una bolsa con un regalo con su nombre. Que el año pasado por estas fechas os llamasteis para felicitaros el 2009. Que el año pasado por estas fechas habrías corrido desde el otro lado de la calle para saludarla. Que el año pasado... tantas cosas.

El semáforo se pone en rojo. La gente se apresura a pasar al otro lado antes de que los coches arranquen. Tú sigues allí, de pie, como un estaquirote. O como dicen los franceses, poirroteando (plantados como un puerro). Inmóvil. La persona le echa un vistazo al escaparate. Tal vez busca un regalo, tal vez necesita unos zapatos. Te la imaginas dudando. Preguntándote: ¿tú te lo comprarías? "Yo creo que te queda bien, sí". Se medio gira y temes que te descubra, allí, entre la gente, observándola. Queriendo avanzar y tocarla. "Cómo te va? ¿Dónde te has metido? Te he echado de menos". El semáforo está a punto de cambiar a verde. Aquella persona comienza a caminar lentamente, distraída. Quieres apresurarte y saludarla. Pero entonces te das cuenta de aquel encuentro fortuito es un desencuentro más, que se suma a una larga lista de desencuentros que habéis ido acumulado durante aquel año. Llegas hasta su lado, y muy flojito, y le dices: "Feliz navidad. Ojalá estés bien". Mientras alrededor tuyo la gente sigue caminando, arriba y abajo, con sus compras; el tráfico circula, espeso, y comienza a refrescar. En un poquito encenderán las luces de navidad.

A veces, puedes encontrarte gente sin encontrártela. A veces puedes desencontrar a personas que una vez creíste que conocías bien y darte cuenta de que ahora, ya, son irremediablemente completos extraños.



De versiones. Don't look back in anger

1 comentario:

Rai dijo...

Un texto precioso... sí, a veces sucede que algo que fue muy cercano, de repente, surge como una distancia irreconocible...

Tengo un post titulado de manera similar a éste.

Encantado de haber llegado aquí