15 de junio de 2008

Cris


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Esta mañana, nada más entrar, ese gurú que es Cris, mi monitor de spinning brasileño, nos dedicó una inmensa sonrisa, se dirigió a la pizarra y escribió: "No hay pruebas de amor. Sólo amor". Así es él. Y nos lo hizo leer varias veces, como si se tratara de un mantra. "No existen las pruebas de amor, la única manera de demostrar amor es amando cada día". Sabias palabras.

La clase de ayer la dedicamos a enviar buenas vibraciones a todas aquellas personas que han formado parte importante de nuestra vida y que se han bajado de nuestro tren en algún momento del pasado. Filósofo, este Cris. Y poeta. Y un poco yoguista. Y psicólogo. Y risoterapeuta.

Ésta es la última semana que viene a darnos clase. La próxima se vuelve a Brasil (cuando nos lo dice en clase, a todos se nos ponen los ojos acuosos. ChicAs y también chicOs, eh?). Nos ha contado que sólo tiene billete de ida, que no sabe lo que la vida le depara. Que quizás vuelva pronto, quizás nunca. Que sólo sabe que de momento ha visto un túnel, y al final del túnel, en la luz, había un billete hacia Brasil. No me extraña... Es un país increíble. Rebosante de alegría. Pero aquí, en Barcelona, lo vamos a echar de menos. Yo lo voy a echar mucho de menos. Y por muy extraño que os pueda parecer, hoy me gustaría dedicarle una entrada del blog a él. Porque, aunque él no lo sepa, ha sido una de las personas que más me ha ayudado este tiempo a salir del pozo.

Cris es, sin duda, una persona especial, de esas que pasan por la vida dejando huella. Es feliz. Se le nota. Y es contagioso. Es imposible no sonreírle cuando durante la clase nos regala una enorme sonrisa. O permanecer serio ante sus bromas. Se le ve bonachón, de esas personas sin maldad. De los que se levantan y le ceden el asiento a una viejecita; de los que te ayudan con la maleta en el avión. De los que tontean con el bebé de la señora de al lado y le hacen carantoñas. De los que todo el mundo les pide favores. De esos que han nacido para querer, a diestro y siniestro.

Cris tiene unos ojos enormes, verdosos, y muy juguetones. De niño chico. Una nariz aguileña, como de escultura del Partenón. Y le gusta peinarse el pelo de punta, todo para arriba. Y debe echarse toneladas de gel porque no se le mueve ni un poco en toda la clase, y ya os digo que se suda... No es muy alto, quizás algunos cm más que yo, y está superfibrado. De hecho, tiene un cuerpo precioso y una piel canela oscura, casi de cobre, muy linda, que dan ganas de tocar, fresca, de morder un poquito. Pero sobre todo Cris es dulce. Y divertido. E inteligente. Y empático. Y le gusta pasearse por entre nosotros antes de comenzar la clase, y saludarnos, y preguntarnos cómo nos va. Y darnos una palabra de ánimo. Y lo mejor de todo es que se le ve a leguas que lo hace de corazón.

Cuando aterricé hace tres meses en su clase, por casualidad, un día en que no me apetecía nadar porque tenía frío y al piscina se me hacía muy cuesta arriba. Me senté en una bici y a los dos minutos ya me di cuenta de que una sesión suya tenía un efecto exorcizante. Los malos humores se disipaban, la tristeza de atenuaba y brotaba el optimismo. Cris nos pone U2, Kansas, Alanis, Coldplay, Massive Attack, algo de hiphop, Björk, Van Morrison, The Doors, ojos de brujo y miles de buenas canciones más para hacer spinning. Le da gracias al sol por salir y acompañarnos el fin de semana; nos regala ideas, reflexiones. "no te resistas a nada". "Levántate cada día pensando que sales a cazar dinosaurios y verás que la vida no es tan cuesta arriba, todo te será más fácil". "Ámate, aprende a amarte por encima de todas las cosas". Y así, miles.

Entre canción y canción a Cris le gusta hablar con nosotros, filosofar. Y sus palabras cargadas a más no poder de buenas energías, se quedan dentro, centrifugando, pegándose a las neuronas. Y surten efecto. Y en combinación con la selección musical -espléndida- que hace son un remedio infalible para animarse. Aunque él no lo sepa, ha sido un aliciente importante para mí. Que me hacía querer salir de mi madriguera para compartir con él una hora de buen rollo. Porque Cris es buen rollo del bueno. Y me ha hecho pensar, y me ha hecho sentir bien. Y me ha hecho disfrutar. Y pensar. Y hacer deporte, claro. :)

Es una pena que Cris se vaya. Espero que en Brasil le vaya todo genial. Yo intentaré meter todas sus frases y reflexiones en una cajita, para que no se me pierdan. E ir usándolas de a poquito. Qué bien poderte cruzar alguna vez en la vida con alguien así.

Suerte Cris!

(* Cris es el del fondo, el único que está de frente, con camiseta gris. Yo también ando por aquí. Dónde está Wally?)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabía que en los gimnasios además de moldear vuestros cuerpos os ayudaran a moledar vuestro espíritu, todo por el mismo precio!

Pues que bien, y que penilla estas despedidas.

pd: Ni idea de quién eres en la foto, jai.

Cristinette dijo...

Bueno, ya lo decían los griegos, no? mente sana in corpore sano. Sí,realmente la clase de Cris es una sesión de psicoterapia. Te dar argumentos para enfrentarte a la vida. Es un maestro en toda regla. No es de extrañar que sábados y domingos, de buena mañana, haya una cola de gente brutal esperando para entrar en su clase... Es que sólo hay 30 bicis y podemos llegar a ser más de 50. Jamás había visto algo así antes...

Y sí, las despedidas...