21 de diciembre de 2009
Besos de mecromina
Érase una vez que era una Princesilla linda linda. Y feliz como una perdiz.
Princesilla hace días que ríe.
Escribe poemas. Hace pasteles. Compra flores
Hace días que Princesilla se acuesta tarde, se levanta repronto. Antes, mucho antes de que salga el sol.
Sueña. Y ríe. Y piensa. Imagina.
Hace días que Princesilla espera. Que él llegue, Que él la llame, que él le confiese un día que también escribe poemas, hace pasteles y compra flores, como ella. Que sueña que camina por el Palacio de la Luz, junto a ella.
Hace mucho que Princesilla no se siente tan princesilla en su palacio de cristal. Y por eso, camina flojito, casi levitando, pero contenta. Tiene miedo a romper los pasillos con su trote feliz.
Y se pasea, con su luz, enorme, del pasillo al comedor. Con su sonrisa de niña. No me mates con cuchillo, mátate con tenedor. Y sus andares de pandereta
P E R O
Ayer Princesilla estaba triste, muy triste. Esperaba.
Esperaba que él llegara.
Esperaba que le confesara que él no hacía poemas. Ni la soñaba. Ni la reía.
Esperaba que él le dijera que no quiere vivir en el Palacio de la Luz, junto a ella, ni hacer girasoles-giravidas de papel de celofán.
Ayer mi Princesilla estaba triste, requetetriste.
Le metí un puñado de besos de mercromina en el bolsillo.
Y la vi alejarse, arrastrando los pies, con la mano en el bolsillo, hundida en el saquito de besoscuralotodo.
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1 comentario:
Pienso que princesilla es una flipada de la vida y se guardará mucho en próximas ocasiones de malgastar su luz... Princesilla = pringaílla... XDDD
Te lo dice Bellatrix, una amazona, desde los vértices de Orión! ;-)
Besazos, preciosa!
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