26 de mayo de 2008

25 de mayo de 2008

A oscuras se ve más


Porque te veo a ti
Que ni siquiera existes






Todo flota. Coloma Fernández Armero
F: Cuando cierro los ojos no quiero ver oscuro.
No quiero ver nada
Caracol col col
Saca tus neuronas al sol

Caracol col col

22 de mayo de 2008

Cosas que nunca te dije




X:...¿qué pasa?
Y: No sé
X: Sigues pensando en M, ¿no es eso?
Y: No. O sí. Creo que... creo que sigo enamorado de M
X: ............
Y: Pero no en el sentido que estás pensando
X: ¿Y qué otro sentido puede haber? Yo sólo conozco uno
Y: No sé... pero no en ése
X: ,
,
,
,
,
,

21 de mayo de 2008

P y yo



P es una niña pequeña, rubita, suave; tan blanda por fuera, que se diría toda de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de aguamarina de sus ojos son duros, cual dos mares infinitos.

P entra en clase, tímida, con un libro en la mano, y nos acaricia tibiamente con la mirada, rozándonos apenas. Con sus dos coletitas rubias y sus mofletes sonrojados. Con su sonrisa sencilla. Con sus calcetines medio bajados y medio subidos.

Con su corazón bueno.

"P", la llama la profesora dulcemente y ella levanta la vista y medio ríe, nerviosa. "Enséñales qué bien sabes leer". Y P, obediente, alza el libro:

"Pablito... Pablito clavó un clavito, qué clavito clavó Pablito". De un tirón. Sin equivocarse. A sus 5 años.

P levanta la vista y me mira, de nuevo. Y yo la miro. Y con esa certeza que te da la inocencia, que convierte los sentimientos casi en dogmas, la hago mi amiga. Así. Sin contrato. Sin negociación. Sin cruzar palabra. Pero una mirada tuya bastará para sanarme. Cómplices.

P se sienta em mi mesa. Le regalo una goma de nata. Y ella me sonríe. Ya somos amigas.

P es tierna y mimosa ... pero fuerte, como de acero y luna.

P juega conmigo, me enseña y la enseño. Inventamos un club secreto, un lenguaje secreto. Crecemos juntas.

Lloramos. Nos hacemos llorar. Reímos. Nos hacemos reír.

Aprendemos a hacernos adultas, a soportar como podemos la adolescencia. Descubrimos el amor, el gusto por la literatura, por la música. Compartimos canciones de Duncan Dhu, fines de semana, tardes de entreno, viajes. Canicas de colores. Jugando a ser niñas y mayores. La primera salida nocturna, el primer beso, el primer desengaño. Las primeras pérdidas. Los primeros fracasos. Los primeros éxitos.

El dolor. Y también la felicidad.

P tiene una de esas miradas capaces de darte el mejor de los abrazos. Y una risa risueña, como de colores. Es curiosa y alegre.

Pero, P, sobre todo, es buena. Y yo la quiero.

P me mira y sonríe, se acaricia la barriga, oronda y lironda, que no deja de crecer. Feliz. Y se prepara para volver a crecer.

20 de mayo de 2008

Yerbamala, nunca muere




El próximo jueves a las 19h en la Central del Raval pasan un documental sobre Yerba mala Cartonera, una editorial de La Paz que aprovecha el cartón de las calles para transformarlo en libros accesibles a la gente de a pie. Y es que el precio de los libros en América Latina los ha convertido en un objeto de lujo, de muy difícil alcance para la mayoría de personas.

En 2003, primero en Argentina y luego en todo el cono sur, se puso en marcha un modo alternativo de edición: a partir de fotocopias y cartón reciclado para las tapas, las editoriales cartoneras consiguen editar libros de muy bajo coste que se difunden luego en la calle a precios accesibles para la población. Han publicado textos inéditos de autores como César Aira, Ricardo Piglia o Copi han sido publicados por esas editoriales.

Sobre el documental, YERBA MALA, Colectivo 7, (documental, 66 min, 2008)

"Caminando por el Alto y la Paz, Bolivia, uno ve amontonados barrios de casitas pequeñas con la obra vista, pero todas con grandes antenas de televisión... Caminando por el Alto y la Paz uno encuentra muchos carteles y pintadas, pero casi un 20% de la población es analfabeta...

Caminando por el Alto y la Paz uno encuentra libros piratas, copias exactas al original, pero con materiales más económicos y sin pagar derechos de autor....

Caminando por el Alto y la Paz uno encuentra escasas librerías donde los libros cuestan 100 y 150 pesos bs., pero el sueldo medio es de 550 pesos bs....

Caminando por el Alto y la Paz uno escucha hablar quechua y sobre todo aymara, lenguas de tradición ágrafa, pero uno ve en los coloridos tejidos tantas historias escritas...

Caminando por el Alto y la Paz, en medio de la gran Feria o en una plaza cualquiera, uno se encuentra a unos chicos con su tantahactu, su paradita ambulante, normalmente rodeada de gente curiosa, vendiendo libros, Libros de Cartón.

Son Yerba Mala Cartonera, la editorial alteña que aprovecha el cartón de las calles para transformarlo en libros accesibles a la gente de a pie, abriendo-de este modo- un nuevo espacio para los lectores y los escritores locales en el mercado editorial más pequeño de Latinoamérica. Colectivo 7 nace de la inquietud de seis amigos de Barcelona y Buenos Aires que juntando esfuerzos, saberes y recursos pasaron 8 meses en Bolivia realizando 3 documentales".

Si os quedáis con ganas:
http://www.eloisacartonera.com.ar/eloisa/home
http://yerbamalacartonera.blogspot.com/

19 de mayo de 2008

Cosas cosas cosas

Hace días que se me agolpan los posts en la cabeza. Me vienen y primero hacen cola, pacientes por ser expulsados. Pero luego se impacientan y se empiezan a acumular; entonces se ponen algo nerviosos, incluso se empujan entre ellos por ver quién es el que sale primero. A veces me provocan un verdadero escándalo interior. De ahí, supongo, las migrañas. Yo ya les tengo dicho que cada cosa a su tiempo. A veces tienes millones de cosas que explicar pero deben aguardar. Pero ellos, nada, ni caso. Hoy ya son muchos, demasiados. Comienzo a pensar que no caben en la antesala de espera, por lo que empiezan a desplazarse hacia otras regiones de mi cuerpo, como los brazos y el estómago. ¡Menudos calambres! Qué malhumorados... Así es que, por salud y necesidad, he decidido que los voy a ir liberando. Espero poder hacerlo con calma, para no acabar vomitándolos, que siempre es más indigesto y luego te quedas con un regustillo ácido en los dientes, por más que te los laves mil veces. A ver... ahí van

13 de mayo de 2008

Feliz no cumpleaños



Feliz no cumpleaños
Feliz Feliz no cumpleaños te doy te doy
Feliz Feliz no cumpleaños te doy te doy

Si nadie se interpone lo debemos celebrar
Feliz feliz no cumpleaños te doy

Cumplimos años tan solo
Un dia, un dia y nadamas
Los otros 364 dias Del año
No cumpleaños esos dias son

Feliz feliz no cumpleaños el dia de hoy
Feliz feliz no cumpleaños a mi y a ti

Si nadie se interpone lo debemos celebrar
Feliz feliz no cumpleaños te doy

Feliz feliz no cumpleaños a tu a yo
Feliz feliz no cumpleaños a tu a yo
Hoy es mi no cumpleaños
Y lo debo celebrar
Feliz feliz no cumpleaños a mi

Cumplimos años tan solo
Un dia, un dia y nadamas
Los otros 364 dias Del año
No cumpleaños esos dias son

Feliz feliz no cumpleaños les doy les doy
Feliz feliz no cumpleaños les doy les doy
A todas las personas
Que no cumplen años hoy
Feliz feliz no cumpleaños
feliz feliz no cumpleaños
feliz feliz no cumpleaños les doy


Pues eso, feliz no tercer cumpleaños R

7 de mayo de 2008

Yo, la excesiva

Je n'ai pas d'excuse,
C'est inexplicable,
Même inexorable,
C'est pas pour l'extase, c'est que l'existence,
Sans un peu d'extrême, est inacceptable,

Je suis excessive,
J'aime quand ça désaxe,
Quand tout accélère,
Moi je reste relaxe
Je suis excessive,
Quand tout explose,
Quand la vie s'exhibe,
C'est une transe exquise

Y'en a que ça excède, d'autres que ça vexe,
Y'en a qui exigent que je revienne dans l'axe,
Y'en a qui s'exclament que c'est un complexe,
Y'en a qui s'excitent avec tous ces "X" dans le texte

Je suis excessive,
J'aime quand ça désaxe,
Quand tout accélère,
Moi je reste relaxe
Je suis excessive,
Quand tout explose,
Quand la vie s'exhibe,
C'est une transe exquise, (ouais).

Je suis excessive,
J'aime quand ça désaxe,
Quand tout exagère,
Moi je reste relaxe
Je suis excessive,
Excessivement gaie, excessivement triste,
C'est là que j'existe.
Mmmm, pas d'excuse ! Pas d'excuse !



CARLA BRUNI
L'excessive

Mil gracias Yamabuki! :*

6 de mayo de 2008

Casi

Estás tan cerca de ser el hombre de mi vida
que más que un amante
eres un problema.
Eres y no eres. Todo en la misma línea.
El hueco entre tú y yo
tiene la forma de tu mujer.



(poema extraído de Todo flota, de Coloma Fernández Armero. Mil gracias S)

Te he esperado tanto que me duele el tiempo

5 de mayo de 2008

Los tesoros de la Casa Azul



"Chiquitita: es el primer domingo que paso sin ti y es requete triste, y eso que es la mitad del día"

Es una de las miles de notitas de amor que el pintor muralista Diego Rivera le dejaba a Frida Kahlo escondidas por la Casa Azul, que es la antigua residencia de la pareja, en la que Frida se crió y en la que luego vivió con Rivera hasta su muerte.

Hasta ahora los archivos de esta pareja de artistas mexicanos han ocultado secretos de la vida de ambos. Estaban escondidos en baúles bajo llave, para que nadie pudiera verlos ni desvelarlos. Y era así por expresa voluntad de Diego Rivera que no quería que los pequeños tesoros de su intimidad se revelaran hasta 15 años después de que muriera. Eso fue en 1957, así es que han pasado algunos, bastantes, más.



Entre muchas muchas cosas, han encontrado notitas de amor que Frida y Diego se escribían. Recaditod del corazón que denotan una relación intensa y super próxima, pese a las muchas cosas que se ha dicho de ellos.

"Niño de mis ojos: Hoy, aunque tú no te acuerdes, es día de tu santo. 13 de noviembre. Aquí te doy unas cositas, para que veas que yo si sé cada día de tu vida, porque es la mía. Tu niña, Frida"

¡Qué lindas notitas para ir encontrándose por la casa! En el cajón de la ropa interior. Junto al cepillo de dientes. En el bote de Colacao o escondidas entre las galletas cuétara. Notitas capaces de despertar una sonrisa y de hacer que el corazón te dé un vuelco.

Aish

4 de mayo de 2008

Billete comprado




Mrs Rexi & Me &... S?

Historias Mínimas



Me llamas. ¡Has vuelto! Pero cuánto te he echado de menos. ¿Cómo es aquello? ¿Te ha gustado?

Aunque me haga la dura, en verdad soy una blanda blandísima. Blandiblú total

Aunque me haya resistido a mandarte señales de humo, mensajes paracaidistas que te encontraras enganchados por las esquinas de la gran ciudad, que te calaran, que te empaparan, que se te colaran en la maleta, entre la ropa limpia; enntre la pasta de dientes y el cepillo; debajo de la almohada; que se te enredaran entre las neuronas.

Tú también, me dices. Sonrío. ¿Cenamos? Vale. Te paso a buscar. Y me siento como la noche de antes de que vengan los Reyes. Tan nerviosa que voy por la casa dando saltitos, como un cangurito.

Vino, luz tenue, comida rica. Me enseñas miles de fotos. Me explicas, feliz.

Y yo te miro e imagino.

Ése es mi problema. Demasiado cine. Que veo mi vida en 24 frames. En plano general que pasa con un barrido a un primerísimo primer plano. Como en todas las pelis de amor con final triste. Que me paso el día escribiendo películas, rodando escenas. Inventando posts para mandarte señales de humo. Y claro, a veces, entre tanta dirección artística me pierdo la vida real. Y me queda un corto kitsch, infumable, de esos que te cuelan en los festivales culturetas, sin pies ni cabeza, sin ton ni son.

Y es difícil seguir el guión cuando te faltan la mitad de las hojas. Y está claro que inventar no se me acaba de dar bien.

Demasiada literatura. Demasiadas canciones de amor. Demasiados episodios de luz de luna.

¿Vamos a tu casa? Claro, digo. Y me sorprendo. ¿Pero cómo claro? Porque entonces recuerdo y sé qué pasará. Pero, ¿y si hoy es distinto? Ilusa. Nada cambia. Y de repente los violines se esfuman y comienza a sonar nuestra banda sonora real.

No puedo. Me gustaría. No puedo. Ya lo sabes. Dame tiempo. No quiero hacerle daño. No puedo. Me encantaría. Pero no puedo. Me voy.

Y entonces mi cama se convierte en una terrible piscina. Como en aquella peli de Pesadilla en Elm Street. Y me hundo. Intento nadar y nadar, pero no puedo. Los brazos me pesan toneladas, siento que la vejiga se me hincha y se hincha, como los cuellos de los sapos. Llena de piedras. Como el lobo feroz. Y me voy irremediablemente hacia el fondo. Y me ahogo. Y me muero un poquito. Y me prometo que dejaré de escribir guiones, que dejaré de mandarte mensajes paracaidistas, que dejaré de buscarte entre las líneas de los libros, que dejaré de imaginar que es domingo por la tarde de mínimas historias. Que dejaré de dibujarte árboles naranjas. Que cerraré la puerta.

No puedo. Me gustaría. Eres excesiva. No puedo. Ya lo sabes. Qué exagerada eres. No puedo. Me encantaría. No puedo. Me voy.

3 de mayo de 2008

Superpoderes de heroína de cómic



Shhhh. Sabes, tengo un secreto. Pero no se lo cuentes a nadie. A veces, soy capaz de desaparecer, de volverme invisible, de esfumarme, sin que nadie se dé cuenta. No es una capacidad nueva, ni mucho menos. Creo que tengo estos superpoderes de heroína de cómic desde que era pequeña. Entonces era capaz de pasarme horas sentada en un rincón de una habitación sin que ninguno de los mayores se percatara de mi presencia. De desaparecer del salón y encerrarme en mi cuarto a leer sin alterar la escena familiar.

De adolescente, fui refinando este don hasta casi perfeccionarlo. Incluso me hice con un elemento de refuerzo, mis supergafas rojas, que me ponía y con las que, como si se tratara de la capa de Harry Potter, conseguía hacerme transparente al segundo. ¡Qué fantástico descubrimiento! ¿Que al llegar al cole había un corro de chicos de cursos superiores en la puerta? Yo ya no me ponía ni nerviosa, ni roja, si comenzaba a transpirar, ni pensaba aquello de: Tierra, trágame. ¡Tenía mis supergafas especiales de invisibilidad! Las tocaba y pasaba -aunque aligeraba el paso- por su lado, segura de que ellos ignoraban por completo mi presencia. ¿Que tenía que entrar a esperar sola en un bar a algún amigo tardón? ¡Chas! Comprobaba que las llevaba puestas y listo, entraba con paso decidido.

De vez en cuando se escacharraban. Eso o... la monja de biología tenía algún poder por el que era capaz de anular mis poderes, porque cada viernes a las 8 am era capaz de verme y de mandarme salir a la pizarra a decir la lección. Y claro, cada viernes coleccionaba un cero nuevo. Ella también llevaba gafas, aunque negras. Quizás ese fuera su secreto, aunque yo siempre sospeché que "Sor Mercedes de la bata blanca", que es como la llamábamos, no pertenecía a las agustinas misioneras, sino a alguna orden de oscuras devociones...



Y ahora de mayor, este superpoder me está resultando sumamente útil. De un tiempo a esta parte, estoy volviendo a hacer buen uso de él. Y he de decir que me va fenomenal. ¿Que tengo que hacer una entrevista y el entrevistado resulta ser un malvado espadachín capaz de ponerme en la cuerda floja? Estoy tranquila, mis gafas rojas me protegen y en el caso de que el malvado entrevistado me hichiera caer, se convertirían en mi red. ¿Que entro en la redacción del diario y todos los ojos se posan en mí curiosos, burlones, esperando algun tropiezo por mi parte e indagando quién seré? Mis gafas rojas se convierten en una coraza repele- malasintenciones. ¿Que te veo sentado ahí delante, dedicándole la mejor de tus sonrisas a alguna chica mona? Con sólo tocar una de las patillas, me teletransporto a Honolulú. Fantásticos poderes, ¿no te parece?

Aunque... he de confesar que de un tiempo a esta parte he comenzado a trabajar otra habilidad. A veces, salgo rápido de casa, despistada, y me dejo mis gafas de invisibilidad sobre la repisa del baño. Entonces me entra la angustia. ¿Y si las necesito hoy? Mis niveles de ansiedad suben y suben. Todos los vasos sanguíneos de mi cuerpo comienzan a latir al unísono. Y entonces, claro, llega el momento de necesitarlas. Me invitas a un concierto, acepto; llego puntual, tú ya esperas; me miras, te miro e imagino. Y entonces me cuentas, prudente, que tu pareja no pudo venir. Y yo te digo comprensiva que bueno, que qué se le va hacer. Y entramos para dentro. Aunque lo que yo quisiera es ponerme mis gafas y escabullirme entre todo ese montón de gente que fluye hacia el interior del teatro.

Por eso, ahora practico una técnica para empequeñecerme. Sí, sí, como lo lees. Y de momento, la verdad es que me está dando muy buenos resultados. Cuando la situación me supera, y estoy sin gafas, me concentro, noto como entro en una especie de ebullición vital y voy encogiendo. Como en una peli de David Lynch, de esas que nadie entiende. Y cuando soy del tamaño de un ratoncito, corro tan rápido como mis patas me lo permiten hacia alguna salida. Y de nuevo, ahí fuera, vuelvo a mi tamaño y respiro tranquila. Uf, por qué poco.

Shhhh. Sabes, tengo un secreto. Pero no se lo cuentes a nadie. A veces, soy capaz de desaparecer, de volverme invisible, de esfumarme, sin que nadie se dé cuenta.