Aunque hoy escribo por primera vez, hace mucho mucho que empecé este viaje. Quizás desde que volví a Barcelona, tras un periplo de un par de años. La idea de poner orden a este caos de pensamientos y de sentimientos que corren por mí, desbocados, me perseguía desde hacía tiempo y se coló en la maleta a la vuelta. Y estaba ahí, dando golpes para salir. Y hace unos días, mientras me duchaba, se me ocurrió que tal vez podría funcionar como ejercicio de exorcismo, como cuando de pequeña te da terror mirar debajo de la cama por si sale ese monstruo y te atrapa y te lleva lejos de tus padres y te come, y entonces una noche tu madre, paciente, decide examinar contigo y con una linterna -importante detalle- lo que las cuatro esquinitas que tiene tu cama esconden. Y nada, sólo hay polvo. Pues este blog podría ser algo así, una especie de linterna mágica con la que mirar qué hay por aquí dentro y ver si encuentro de nuevo los cables para unir las conexiones y volver a darle al on.
Esta noche soñaré que escribo. Que abro la boca y brotan letras de todos los tamaños, chiquitas, menudas, enormes, orondas y lirondas, finitas, algunas rojas, y de vez en cuando se escapará traicionero algún punto, de esos con ansias de llegar a ser punto y final, con ganas de aguar la fiesta y de que dejen de salirme letras. Y frases. Y palabas. E incluso párrafos. Entonces me despertaré y correré a encender el portátil. y mientras las iré pescando al vuelo y las guardaré con cuidado en el bolsillo del pijama, para que cuando me ponga a escribir, estén allí. No puedo tardar demasiado, tengo que darme prisa. Si no, correría el peligro de que se desintegraran y desaparecieran para siempre. Como el polvo mágico de Campanilla. O el amor, que es eterno mientras dura.
Bona nit
C.
31 de marzo de 2008
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2 comentarios:
Qué bien que te hayas decidido a atrapar por fin las palabras, a cazarlas y lo mejor, a domeñarlas. En un post precioso, añado. A veces las palabras son terriblemente peligrosas pero esa linterna es una poderosa arma...y más en tus manos. No lo dudes. Y es que como dice Millás, escribir es como probar un bisturí eléctrico, pues la escritura abre y cauteriza al mismo tiempo las heridas...No te quepa duda :)
Me encanta que empieces este blog y me encanta poder ser la primera en darte la bienvenida a la blogosfera. Ponte, pues, el pijama, acomódate y corre a encender esa linterna cuando no te apetezca estar a oscuras. Besos muy fuertes, Sylvia
Me hace especial ilusión ser la primera que te comenta y te da la bienvenida a la blogosfera.
Ai Silví. qué bien que seas la primera, porque si yo ando metida en estos berenjenales de letras es un poco gracias a ti. Y a tu blog, en el que me encanta colarme de vez en cuando para ver qué pasa por ahí, en qué mundos andas, para que me descubras buena música, lecturas interesantes, o simplemente para que me hagas pensar un ratito.
Te tomo la palabras, y tb a Millás. Espero que como él dice, este bisturí virtual abra, sane y cauterice.
Mil besos.
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